Sí, no me he podido resistir y el primer fin de semana que se estrenó 'La La Land' fui corriendo al cine para ver una de las películas que más ganas tenía de ver últimamente. Ya os hablé hace meses del proyecto y hoy, más allá de caer en comentar lo obvio, quiero recrearme en lo que supone esta cinta musical que me ha dejado fascinado tanto por su estética como por su banda sonora original (BSO).
Sí es cierto que Gosling, en el papel de Sebastian, está soberbio.
Muchos hablan de la química que hay delante de la cámara entre ambos actores y yo no voy a ser quien diga lo contrario. Lo maravilloso es cómo está contada la historia, sin forces, de una manera pasmosamente natural, bebiendo del ritmo que tenían los musicales más propios de los años 50 pero con claro acento del estilojazz.
¿Es una película musical?
La verdad es que no es un musical al uso. Es bastante diferente. Quizá más parecido como proyecto global a la película 'Moulin Rouge'.
Los estilismo son geniales, una revisión del vestuario de los años 50, un toque preppy sin caer en el barroquismo de Blair o Chuck en 'Gossip Girl'.
Color, vitalidad y la sensación de vivir en el país de la pirueta por momentos es lo que podría resumir 'La La Land' porque, al fin y al cabo, con música todo es mejor.